miércoles, 9 de octubre de 2013

Cascada del Cioyo

Me gustaría comenzar el blog con uno de los lugares más bonitos que conozco:  la Cascada del Cioyo. 


Esta cascada, que cuenta con aproximadamente 30 metros de altura, se encuentra situada en la parte alta del río Porcía, próxima a la aldea de Villarín, en el concejo occidental de Castropol. Aunque su acceso es un poco difícil, merece la pena ser visitada por las bonitas vistas a lo largo de su ruta, que ronda los 3 km, y la tranquilidad que nos brinda el escondido rincón que ocupa. 


La Cascada del Cioyo es un lugar ideal para visitar en un día de primavera o verano, y no tanto en invierno, por la dificultad de su acceso: son unos 160 metros de desnivel por senderos de tierra y piedra. Aunque si para nosotros la lluvia y mal tiempo no es un impedimento, desde luego la cascada luce igual de bonita y más caudalosa, lo que la hace más espectacular. 



Como llegar

Sendero de la ruta
La cascada se encuentra en el concejo de Castropol, dirección La Bobia. 
Para llegar al lugar, debemos coger la carretera AS-22 desde Vegadeo en dirección Boal. A la altura de Samagán, tomaremos la CP-4, a la derecha, en dirección a Añides y Penzol. Unos km después, llegaremos a un cruce en el Campo del Couselo, donde continuaremos por la misma carretera sin desviarno hasta llegar a unas antiguas escuelas, único lugar donde podremos aparcar el coche. Una vez allí, retrocedemos unos metros y, un poco escondida, encontraremos la entrada de la ruta. A partir de ahí, el sendero está perfectamente señalizado hasta la cascada. 

Más lugares que visitar 

Si disponemos de tiempo, no solamente tendremos la oportunidad de visitar la Cascada del Cioyo. Además de las inmejorables vistas que se observan hasta llegar a Villarín, un lugar de obligada visita es la 'Casona de Sestelo', que podremos divisar en el trayecto Samagán - Añides, por la CP-4. 

Casona de Sestelo

Se trata de un edificio construido a finales del siglo XIX destinado a ser una fábrica de papel. Ángel Pérez, un indiano que hizo fortuna en Estados Unidos con el comercio de pieles, compró el edificio en 1921, donde construyó una pequeña central eléctrica. Con el estallido de la Guerra Civil, Pérez y su familia se exiliaron a EEUU y el edificio sirvió de orfanato durante la contienda. La central fue cerrada, y la casa permanece vacía, propiedad de la familia del indiano. 


Si aún quieres conocer más la zona, otra parada -aunque un poco más a desmano- es la Sierra de la Bobia. Ya en el camino podrás encontrar unas vistas espectaculares y observar la naturaleza en todo su esplendor, con escenas como la de la fotografía. 

Foto: Paco J.






















Para terminar, os dejo una bonita leyenda sobre las Cascadas del Cioyo

"Cuentan que, un mozo de Villarín, bajaba a dormir en las tardes de verano a la vera del río. El frescor del agua y el tenue ruido le proporcionaban una estupenda siesta. De tanto verle dormir, una Xana que espiaba sus sueños se quedó enamorada de él. 
Una tarde de tormenta, el caudal del río creció rápidamente por las lluvias, llevándose al mozo aguas abajo. La Xana, que lo vigilaba, vio que el mozo se despeñaría matándose en las rocas del fondo de la cascada, por lo que, rápidamente, hizo un encanto, creando así la pequeña poza que hoy vemos en la base. El mozo acabó 'remojau' y, tal fue el susto al despertarse en las aguas, que nunca más volvió por allí. 
Cuentan que, si nadas en las aguas bajo la cascada del Cioyo, todavía puedes escuchar el llanto de la enamorada Xana"


Paula López 

Cascada del Cioyo


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