Hoy os dejamos un vídeo sobre uno de los pueblos más característico del occidente asturiano: Tapia de Casariego. No hacen falta palabras, las imágenes hablan por sí solas.
El concejo de Tapia tiene entidad autónoma desde tiempos relativamente recientes, ya que hasta mediados del diglo XIX se hallaba incluido en el municipio de Castropol. Se encuentra situado en la rasa litoral, que posee unas condiciones bioclimáticas favorables para la vida del hombre, por lo que se han descubierto en algunos lugares del actual concejo materiales prehistóricos correspondientes al paleolítico inferior y propios de la cultura achelense. Son principalmente instrumentos en cuacita como bifaces, cantos, raederas, una especia de maza y un raspador localizados en Salave y el Cornayo.
La siguiente etapa arqueológica bien documentada es la época castreña, y es el actual territorio tapiego uno de los más densamente ocupados por estos peculiares núcleos de poblamiento. Hay nueve castros en total, catalogados por J. M. González: El Picón y Castello, en Campos y Salave; Las Coronas, en La Roda; Las Cercas y los Castillos de Pereira, en El Monte; Campo de San Lorenzo y el Castelón del Cornayo, en Serantes, y los Castros o Castro de Represas, en Tapia. Cinco de ellos, además, están clasificados como grandes castros del sector Lucense, donde se hallaban encuadrados bajo la Administración romana. Los pueblos prerromanos asentados aquí eran los egobarros, en la ribera del Eo y los cibarcos, junto al río Porcía. La gran densidad de pooblamientos castreños puede deberse a la presencia de numerosas explotaciones minera antes y durante la dominacion romana.
La Edad Media se caracteriza por la gran influencia que los poderes feudales ajercen sobre la zona, en especial los eclesiásticos. Será alrededor de los monasterios de San Martín y San Esteban donde va asentándose la población.
En el año 1154 el territorio pasa a manos del Obispado de Oviedo, cedido por el rey Alfonso VII.
En época bajomedieval, el puerto de Tapia tiene ya cierta importancia pesquera. Existgen referencias, asimismo, a la existencia de un hospital de peregrinos, en relación con el continuo ir y venir de caminantes por el ramal costero del Camino de Santiago.
En 1580, la desamortización llevada a cabo por Felipe II da la independencia jurisdiccional a los vecinos de Tapia y Salave. Pero no será hasta el siglo XIX cuando Tapia consiga tener un ayuntamiento autónomo. Será Fernando Fernández-Casariego el artífice de la conversión de Tapia en una Villa a partir de la aldea primitiva, logrando que el Gobierno aceptase en 1863 la creación de nuevo concejo de Tapia, independiente de Castropol. Costeó también la construcción del Instituto de Segunda Enseñanza, la casa consistorial, nuevos muelles y otras obras, que cambiaron radicalmente su fisionomía. El territorio del nuevo concejo se obtuvo segregando del de Castropol las felegresías de San Esteban y San Martín de Tapia, San Andrés de Serantes y Santa María de Campos con San Salvador de Salave, y anexionándose la parroquia de Santa María del Monte del concejo de El Franco.
Más tarde se acordó denominar la capital del concejo como Tapia de Casariego en recuerdo de su benefactor, que había obtenido en 1872 los títulos de marqués de Casariego y vizconde de Tapia.
La villa experimentó un rápido crecimiento con la instalación de diversas fábricas: la de cerillas La Casualidad, la serrería La Industrial y varias factorías conserveras.
Actualmente, Tapia se ha consolidado como un importante centro vacacional estival y de ocio, y se ha convertido en la principal villa costera de la marina occidental asturiana.
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